Las Remarke en el Cine. Por Susana Claramut





LAS REMAKE EN EL CINE

El desafío de re-hacer una obra cinematográfica, intentando imprimir un sello personal, ha sido perseguido por infinidad de directores.
Es actualización de viejas formas, homenaje no siempre fiel a las fuentes.
La estructura hollywoodense, necesitaba de un modelo al cual regresar, cuestionar y rehacer según los valores éticos y estéticos de cada época.
El remake resulta de una necesidad de los productores, de rehacer un éxito.
Ha reaparecido siempre que la audiencia ha disminuido o ha estado amenazada por el auge de tecnologías rivales: radio, televisión, video, internet.
El elemento comercial (taquilla) es preponderante: el público estadounidense prefiere ver a sus actores en su idioma, sin subtitulados, en lugar de artistas europeos.

La crisis de creatividad llevó a los grandes estudios estadounidenses, a la reutilización de historias —gestadas en territorio nacional o no— , como una forma de plagiar la supuesta “fórmula” de filmes extranjeros valiosos o de éxito, pero despojándolos al mismo tiempo de su esencia, al introducirlos en contextos socio culturales dispares.
Han pasado con éxito la prueba del traslado del contexto cultural clásicos de Akira Kurosawa: Los siete samurais (1954)



dio origen a Los siete magníficos con la dirección de John Sturges.


Y Yogimbo, fue Por un puñado de dolares, y sus zagas con Clint Eastwood y los spaghetti western, con el director Sergio Leone.


En estos proyectos hubo un cierto afán de homogenización; la pretensión de que existe un idioma cinematográfico universal y común, una suerte de lengua unificadora que puede ser igualmente comprendida por todos, y cuyo acabado es el del cine industrial norteamericano. Es un enfoque extremista, quizá un efecto más de la globalización.
El remake puede también considerarse una puerta a otras culturas, ya que fomenta su conocimiento y el análisis entre un texto original y su versión.
Diferentes culturas tratan de distinta manera nociones como la sexualidad, la clase social, la masculinidad y feminidad, la maternidad, la orientación sexual, la etnicidad y otro tipo de conceptos.
Un ejemplo para este tipo de análisis es la comedia francesa Tres hombres y un biberón (1985)


y su exitosa versión norteamericana Three men and a baby (1987).



Ambas reproducen el argumento básico (tres hombres solteros que deben hacerse cargo de la hija recién nacida de uno de ellos abandonada por su madre), pero las versiones le dan un tratamiento diferente.

El realismo crítico francés y el optimismo norteamericano, sobre relatos similares, plantean situaciones y valoraciones diversas.
 Cito algunas películas, y sus remakes, sin agregar valoración, pues alargaría innecesariamente este comentario.
 Michael Haneke hizo su propia remake 20 años después: Funny Games (1997-2007);la primera fue producción austríaca, con la actriz alemana Susanne Lotear, y la segunda, producción americana, con Naomí Watts.
Psicosis (1960) de Hitchcock / Gus Van Sant (1998)
Natalie X (2003) dir: Anne Fontaine / Chloe (2009) dir. Atom Egoyan
Los hombres que no amaban a las mujeres (2009) dir. Niels Arden Oplev / La chica del dragón tatuado (2013) dir. David Fincher
El gran Gatsby (1974) de Jack Clayton (R.Redford) / El gran Gatsby (2013) dir: Baz Luhrmann (Di Caprio)
Perfume de mujer (1974) dir. Dino Risi (Vittorio Gassmann) / Perfume de mujer (1992), dir: Martin Brest (Al Pacino)
Sin aliento (1960)(Belmondo) dir: Godard / Vivir sin aliento (1983) dir. Jim McBride (Richard Gere)
Old Boy (2003) dir. Park Chan Wook / Old Boy (2013) dir. Spike Lee

No hay fórmula mágica ni gran misterio: Si hay historias originales que cautivan al público, habrá presupuesto, nuevas generaciones y nuevas tecnologías para hacer “readaptaciones” o “nuevas versiones” en general.

                                                                      Susana Claramut. Grupo de los miercoles

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