Cine Debate. Cine y Arte ".Devuélveme el arte de mi país". Articulo recomendado

Xanadú. El nombre de la mansión de Ciudadano Kane, la mítica película de Orson Welles, viene a la mente cuando uno piensa en el expolio del arte español. No porque William Randolph Hearst, el magnate en el que se inspiró el filme, fuera en sí mismo un expoliador, aunque, por lo que se sabe, sí pagaba algo por las obras de procedencia dispar, y se llevó muchísimas. La imagen viene porque los planos del filme en el que aparecen las inmensas galerías de su mansión llenas de esculturas, pinturas, objetos y sobre todo monasterios, claustros y porticadas trasladadas, piedra a piedra, desde Europa dan cuenta del calibre del trasvase del arte europeo a las grandes colecciones americanas en el periodo de entreguerras, que fue cuando se formaron la mayoría de estos grandes museos, como el famoso Cloisters de Nueva York.
El estudioso Francisco Fernández Pardo, autor de la monumental Dispersión y destrucción del patrimonio artístico español, que cuenta con cinco tomos, considera que gran parte de estas piezas habrían salido ilegalmente de España sin que las autoridades del momento hicieran mucho por evitarlo o por impedir su venta. "Se sabía que las obras salían a la venta porque se publicaban en catálogos o incluso, dada la fama de algunos de sus compradores, en la prensa, pero no se hizo nada por evitarlo". "El brazo de la ley en España siempre fue ineficaz ante estas reclamaciones", señala Fernández de Pardo.
Para el estudioso, la Guerra de la Independencia, "en la que los pretores napoleónicos se cobraron su botín de guerra en España en forma de cientos de pinturas de nuestros mejores maestros" es uno de los grandes momentos de saqueo por motivos bélicos, seguido de las estratagemas de lord Wellington para hacerse en 1814 con el cargamento de obras de arte que José I habría perdido en la batalla de Vitoria. Entre estas piezas, que Bonaparte intentaba sacar de España y que finalmente Fernando VII "regaló" a Wellington figuraba, por ejemplo, El aguador de Sevilla de Velázquez.
La destrucción del patrimonio debido a las guerras fue enorme, pero también hubo un expolio más sutil realizado no sólo por los extranjeros sino también por españoles —desde aristócratas a pequeños párrocos— que contribuyeron a la venta ilegal o no autorizada de muchas de estas obras históricas que después han engrosado las colecciones de muchos de los grandes museos occidentales.

Articulo de Catalina Serra
Fuente:diario El pais-publicado el 6/4/2019.

Ver en la pagina web: http://elpais.com/diario/2009/04/06/sociedad/1238968801_850215.html

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